No hay error más extendido que el de creer que es indispensable sonreír para agradar.Cierto que la sonrisa es, a veces, encantadora; pero, en general, no pasa de insulsa; y con harta frecuencia equivale a una mueca. Las sonrisas encantadoras resplandecen muchas más veces en rostros habitualmente serios. Son éstas las que suelen ser irresistibles?
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